Se despide otra vez, El Carabobeño sin papel
Hasta el viernes, 10 de febrero, circuló la última edición del semanario La Verdad Impresa de El Carabobeño, una vez más por falta de papel. Censura impuesta por los gobiernos Nacional y regional a través del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM).
Esta no es la primera vez que El Carabobeño afronta una situación de cierre. El 17 de marzo del 2016 salió de circulación la edición impresa que durante 82 años circuló diariamente, incluso en los peores momentos políticos de Venezuela.
“El Carabobeño fue fundado en 1933, durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Desde ese día, hasta marzo de 2017 se mantuvo firme en su misión de informar con objetividad y apego a la ética periodística”, indicaron.
Desde que en febrero de 2015, El Carabobeño decidió cambiar de formato, para comenzar a circular en versión tabloide. El 19 de marzo de ese año llegaron las últimas 72 bobinas que el CEAM le vendería a El Carabobeño.
“De nada valió la protesta de la sociedad civil y la exigencia de una reunión con el mandatario regional, Francisco Ameliach, que hicieron en conjunto representantes de diversos sectores, incluidos la Iglesia, la Universidad, la cultura. El gobernador no los recibió ni declaró sobre gestiones hechas ante el CEAM para destrabar la venta de papel periódico al Diario del Centro”, recordó el diario.
“El Diario El Carabobeño salió de circulación y se mantuvo solo en versión web y con su radio online, hasta el 30 de septiembre de 2016, cuando se logró adquirir, a precios exorbitantes, una cantidad de papel para circular un semanario de edición limitada. Su razón de ser: seguir informando y contrarrestar la hegemonía comunicacional que se instauró en la región. “, precisó el medio en un escrito para despedirse, de nuevo, momentáneamente.
Esa materia prima se acabó. Permitió circular 17 ediciones, la última de las cuales saldrá a los kioscos este viernes. En El Carabobeño agotaron todas las gestiones ante el CEAM, para obtener el papel.
“Es imposible adquirir la materia prima en el mercado negro, que existe porque desde el CEAM lo permiten, ya que es la única empresa en el país dedicada a la venta de este producto. Un papel que el año pasado se adquirió en 800 bolívares el kilo, hoy cuesta 2 mil 300 bolívares el kilo. Si se toma en cuenta que en cada impresión semanal se utiliza aproximadamente una tonelada, los costos hacen inviable la circulación del impreso. Los costos por kilo en el complejo no superan los 35 bolívares, pero el acceso a esa materia prima es discrecional”, aclara el diario.
Fuente: Espacio Público